25 de abril de 2017

A mucho ruido, poca conciencia

Has pensado alguna vez que en ocasiones podemos dañar la salud si nos exponemos a sonidos intensos. De seguro que sí, por lo que este es un tema para reflexionar.

Es evidente que la exposición a niveles altos de ruido puede ser muy nociva para la salud. La capacidad auditiva se deteriora y causa molestias en las personas que son víctimas de este maltrato por llamarla de alguna forma. En ocasiones claro está lo hacemos de manera inconsciente y sin la menor intención de causar malestar en los demás.

Estudios realizados avalan que el ruido pasa a ser doloroso, cuando se sobrepasan los 125 dB(A), llegando a convertirse en dolor a los 140 dB(A). El bullicio, el escándalo, y el hablar de manera desenfrenada puede alterar el ritmo cardiaco, hay riesgo de hipertensión arterial o puede traer efectos en el aparato digestivo, incremento de estrés, aumento de alteraciones mentales, tendencia a actitudes agresivas, dificultades de observación, concentración y rendimiento, así como trastornos del sueño.

Y qué decir de las interferencias en la comunicación, cuando no somos capaces de escuchar atentamente a alguien, cuando nos hablan en voz alta y lo hacemos nosotros también, produciéndose un ruido inmenso que llega a ser una entropía.

El nivel del sonido de una conversación debe producirse con un tono normal, y realizarse a un metro del hablante, y para que la palabra sea perfectamente inteligible es necesario que su intensidad no rebase los excesos como en ocasiones creemos que entre más alto hablamos más razón nos asiste.

En ciertos casos las consecuencias son más perdurables, por ejemplo, los niños sometidos a altos niveles de ruido durante su edad escolar aprenden a leer con mayor dificultad y muestran al pasar de los años poco dominio de la lectura.

Y qué decir de la música, cuando en ocasiones se pone en lugares públicos o en el peor de los casos en una vivienda cercana, sin importar el criterio o la situación de los vecinos.

Tengamos presente que aparte de los efectos sobre los seres humanos, el ruido también puede influir sobre la naturaleza, por ejemplo perturbando el hábitat de animales y aves, lo cual puede contribuir a alterar los ecosistemas.

Por la importancia del tema se conmemora el Día Internacional de la Concientización respecto al Ruido, celebrado por primera vez el 24 de abril de 1996 en la Ciudad de Nueva York, como parte de una conferencia local organizada por la Liga de Personas con Problemas Auditivos. Es parte de las actividades de un programa internacional en el que participan ciudades de Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia.

El ruido no solo afecta la salud sino que se convierte en un problema social con consecuencias. Seamos respetuosos y tomemos conciencia. Hablemos de sonido no de ruido, hagamos nuestra vida más plena y contribuyamos a hacer más agradable la de los demás./ Por Roxana Hechavarría Torres.

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