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Raíces profundas atan a la tierra a Víctor Manuel Proenza Peña, campesino por herencia y tradiciones paternas, vecino del barrio de Los Dagamitos, en el municipio holguinero de Calixto García.
La finca Doña Esther, propiedad de este destacado pequeño agricultor, se convirtió desde hace años en centro de referencia para la investigación y el extensionismo agrícola.
¿Cómo se inició Víctor Manuel en la búsqueda del conocimiento agroecológico?
Desde muy pequeño me llamaron la atención las plantas, los animales, la tierra porque vivíamos en correspondencia con todo aquello que nos rodeaba. De mis padres heredé la tierra de donde por décadas obteníamos el sustento de la familia. Como el clima con sus variaciones impone cambios en los regímenes anuales de lluvias y las plagas atacan a los cultivos con más intensidad era necesario a toda costa repensar lo que hacíamos para seguir viviendo por siempre de los frutos de la tierra. Por ello, en 1982, me inicié como activista de sanidad vegetal de la Cooperativa de Créditos y Servicios Ulises Fernández, de la zona de Las Mantencas.
¿Qué otras acciones contribuyeron a la superación técnica de Manolito Proenza?
En 1989 inicié mi labor como extensionista agropecuario en coordinación con la Estación de La Jíquima, lo cual me permitió conocer aspectos relacionados con la degradación de los suelos, controles biológicos de plagas y otras prácticas sostenibles. En el año 2000 fui seleccionado como facilitador agroecológico en un plan piloto de la provincia de Holguín. Mi participación en talleres nacionales e intercambios favorecieron mi capacitación de manera adecuada. Todo ello me permitió integrar el grupo asesor provincial holguinero con el objetivo de trasmitir mis conocimientos a los campesinos, a lo cual he dedicado muchos años.
Proenza Peña es el único calixteño a quien se le ha conferido la Distinción por la Utilidad de la Virtud, el más alto galardón que otorga la Sociedad Cultural José Martí a aquellas instituciones, organismos y personalidades, que promueven, divulgan y defienden los fundamentos de la nación cubana. ¿Cómo fue tu acercamiento al legado de José Martí, en materia de ciencia y técnica, para incorporarlo a tu quehacer y divulgarlo?
Desde que comencé a presentar los primero trabajos en los Forum de Ciencia y Técnica siempre acostumbraba a acompañar inicialmente la ponencia que hacía con un pensamiento de Martí, pero al descubrir al Martí ecologista, divulgador en las ramas de la agricultura, la ganadería, comencé un trabajo que lo titulé “José Martí, profeta de los principios agroecológicos para un desarrollo sostenible”, que fue premiado en la base, municipio, provincia y nación. En el 2004 presenté ese trabajo perfeccionado en el evento provincial “José Martí por una cultura de la Naturaleza”, donde se me otorgó el primer premio y eso me dio derecho a participar en el evento internacional desarrollado en La Habana en el año 2005. También recuerdo que fui invitado al primer Encuentro Nacional de Promotores de Bosques y Jardines efectuado en Playitas de Cajobabo./ Por Pablo Aleaga.
La finca Doña Esther, propiedad de este destacado pequeño agricultor, se convirtió desde hace años en centro de referencia para la investigación y el extensionismo agrícola.
¿Cómo se inició Víctor Manuel en la búsqueda del conocimiento agroecológico?
Desde muy pequeño me llamaron la atención las plantas, los animales, la tierra porque vivíamos en correspondencia con todo aquello que nos rodeaba. De mis padres heredé la tierra de donde por décadas obteníamos el sustento de la familia. Como el clima con sus variaciones impone cambios en los regímenes anuales de lluvias y las plagas atacan a los cultivos con más intensidad era necesario a toda costa repensar lo que hacíamos para seguir viviendo por siempre de los frutos de la tierra. Por ello, en 1982, me inicié como activista de sanidad vegetal de la Cooperativa de Créditos y Servicios Ulises Fernández, de la zona de Las Mantencas.
¿Qué otras acciones contribuyeron a la superación técnica de Manolito Proenza?
En 1989 inicié mi labor como extensionista agropecuario en coordinación con la Estación de La Jíquima, lo cual me permitió conocer aspectos relacionados con la degradación de los suelos, controles biológicos de plagas y otras prácticas sostenibles. En el año 2000 fui seleccionado como facilitador agroecológico en un plan piloto de la provincia de Holguín. Mi participación en talleres nacionales e intercambios favorecieron mi capacitación de manera adecuada. Todo ello me permitió integrar el grupo asesor provincial holguinero con el objetivo de trasmitir mis conocimientos a los campesinos, a lo cual he dedicado muchos años.
Proenza Peña es el único calixteño a quien se le ha conferido la Distinción por la Utilidad de la Virtud, el más alto galardón que otorga la Sociedad Cultural José Martí a aquellas instituciones, organismos y personalidades, que promueven, divulgan y defienden los fundamentos de la nación cubana. ¿Cómo fue tu acercamiento al legado de José Martí, en materia de ciencia y técnica, para incorporarlo a tu quehacer y divulgarlo?
Desde que comencé a presentar los primero trabajos en los Forum de Ciencia y Técnica siempre acostumbraba a acompañar inicialmente la ponencia que hacía con un pensamiento de Martí, pero al descubrir al Martí ecologista, divulgador en las ramas de la agricultura, la ganadería, comencé un trabajo que lo titulé “José Martí, profeta de los principios agroecológicos para un desarrollo sostenible”, que fue premiado en la base, municipio, provincia y nación. En el 2004 presenté ese trabajo perfeccionado en el evento provincial “José Martí por una cultura de la Naturaleza”, donde se me otorgó el primer premio y eso me dio derecho a participar en el evento internacional desarrollado en La Habana en el año 2005. También recuerdo que fui invitado al primer Encuentro Nacional de Promotores de Bosques y Jardines efectuado en Playitas de Cajobabo./ Por Pablo Aleaga.
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