1 de noviembre de 2017

Educadores y alumnos calixteños por la defensa de la naturaleza

Educadores y alumnos del municipio de Calixto García dan muestras del amor por la naturaleza y el medio ambiente al realizar la siembra de nuevos árboles que se incorporan al bosque martiano de la escuela primaria Leonor Pérez Cabrera, de la comunidad de Jagüeyes.


Esa acción está incluida en las actividades de la jornada calixteña por la reforestación a favor del medio ambiente, y que culmina este viernes cuando ya han tenido lugar otras iniciativas de este tipo que promueven valores en materia de conciencia ambiental.

Yoana García Pérez, alumna de cuarto grado, integra un círculo de interés dirigido a preservar la naturaleza: “Estoy alegre. Junto a mis compañeritos sembramos árboles útiles que benefician la vida; cada vez que la maestra nos dice que vamos a plantar matas, nos ponemos contentos, es que desde segundo grado estamos juntos los del grupo y vamos a seguir”, afirma.

“Este centro docente desde 1992 inició el fomento del bosque martiano, evaluado de referencia provincial y en él están plantadas 22 especies de árboles maderables y frutales que describe José Martí en su diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos”, explica Odalis Pereda Tejeda, directora de la unidad territorial Leonor Pérez Cabrera.

“Hoy la arboleda se incrementa en esta escuela rural, adonde acuden alumnos de otros planteles educacionales a compartir experiencias sobre la actividad de reforestación y eso nos llena de satisfacción porque a la par se adentran en el conocimiento práctico para amar la naturaleza. Esta escuela y la unidad llevan el nombre de la madre del Apóstol, por lo que para nosotros constituye un honor y a la vez un compromiso mantener este bosque como ejemplo que irradia para la nuevas generaciones”, enfatiza esta maestra con treinta años de experiencia en el sector educacional.

Serguei Torres Sánchez, funcionario del servicio estatal forestal, dice que este bosque es impulsor de lo que aspiramos: “Cuando ha habido sequías intensas, los maestros, directivos del centro, alumnos y la familia se unen al esfuerzo para que fructifiquen las plántulas. Este es un terreno un poco árido, arenoso, no muy beneficioso para sembrar, sin embargo en él están la güira, el almácigo, la bijagua, majagua, ceiba, ateje, naranja agria, júpito, caguairán, y entre otras, la palma. Se cuidan, existe sentido de pertenencia, y eso es valioso”, expresa.

Con más de sesenta años de fundada, actualmente la escuela está remozada. Además de sus aulas iniciales, cuenta con otras para asimilar la matrícula de más de setenta educandos, pero en general la Unidad Territorial del mismo nombre también incluye a alumnos de escuelas ubicadas en barrios cercanos.

En un centro así, la presencia del Maestro debe estar permanente. Hay que leer y encontrar en sus páginas. La descripción que hace de la naturaleza en su Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos constituye una verdadera joya de la literatura hispanoamericana. Su emoción por lo que observa muestra el conocimiento exacto del hombre- poeta- patriota entero que, aun en medio del peligro que acecha, tiene el ingenio para conmover con una prosa poética más allá de la cúspide. / Por José L. Díaz.

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