Beneficiada con la alternativa ecológica es Adisbel Almaguer Velázquez: “La felicidad llegó a mí con el biogás hace dos años. Había cocinado primero con leña, luego carbón, con hornillas eléctricas y por fin ahora con esta maravilla”.
Sonríe satisfecha esta mujer rural que peina canas, y vuelve con sus palabras de elogios a la alternativa utilizada en la cocción de los alimentos: “El primer día sentí algo de recelos para encender el fogón de cuatro hornillas. Fíjese si sentía temor que cocinó mi esposo Neris Velázquez y fue exactamente el 14 de febrero del 2015, y desde entonces todo el barrio dice que en mi casa se cumplió el proverbio que dice que el amor entra por la cocina”.
“La utilización del biogás en la elaboración de los alimentos me ha curado el asma que padecía desde joven, pero además, las moscas casi han desaparecido, junto con el constante hedor que se sentía de la cochiquera. Pero eso no es todo, el ahorro por concepto de gastos de corriente eléctrica es considerable, y cuando llegan turbonadas y rayos que afectan el servicio estatal pongo mi cocina de biogás al servicio de la comunidad, que no la detiene nadie”.
Trabajadora, honrada, solidaria y dicharachera se presenta siempre Adisbel Almaguer Velázquez, una genuina campesina que se beneficia con el biogás, un proyecto que desarrolla la Asociación Cubana de Producción Animal en el municipio de Calixto García para bienestar de la comunidad y reducir cargas contaminantes al medio ambiente./Por Pablo Aleaga Tamayo.
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